No solo el pelaje de nuestros gatos requiere cuidados, también de vez en cuando sus ojos y oídos. Para limpiar los ojos y los oídos de un gato debes tener en cuenta una serie de consideraciones.El veterinario siempre debería examinar los casos de los felinos con los ojos pegajosos y lagrimosos o con los oídos sucios. Estos podrían ser consecuencia de una lesión, una conjuntivitis u otra enfermedad, las cuales podrían empeorar con los intentos de higiene. Tu veterinario de confianza te puede proporcionar un diagnóstico y dar luz verde para su limpieza.En caso necesario, incluso te puede aconsejar sobre cómo hacerlo o enseñarte directamente cómo realizar una limpieza apropiada de sus ojos y oídos.
Los ojos y los oídos de los felinos
Nuestros gatos de interior puede que tengan un pelaje más largo, otro color de ojos o una cola más corta que la de sus semejantes en libertad. No obstante, por dentro todos son cazadores por excelencia y su anatomía se corresponde con la de un depredador.
Esto resulta asombrosamente evidente al observar sus ojos y orejas: sus ojos con orientación frontal son perfectos para tener una visión tridimensional y un cálculo exacto de las distancias.
Los «ojos de gato» retrorreflectantes de las bicis no se llaman así por casualidad. El tapetum lucidum, una capa reflectante situada detrás de la retina, refleja la luz entrante de nuevo hacia la retina. Por ello, los felinos tienen una visión excelente incluso con muy poca luz.
Sus pupilas que se modifican fácilmente se ensanchan cuando las condiciones lumínicas son malas con el fin de dejar entrar más luz en los ojos. Sin embargo, los gatos tampoco pueden ver sin luz; estos confían en sus vibrisas y audición cuando les envuelve la total oscuridad.
En cuanto a su capacidad auditiva, esta se encuentra muy desarrollada. Los felinos pueden oír hasta casi tres veces mejor que los humanos. Esto sucede sobre todo con los sonidos de alta frecuencia, ya que, por ejemplo, nuestros gatos pueden percatarse de cómo musita un ratón a una gran distancia.
Además, resulta especialmente útil la gran capacidad de movilidad de sus orejas: los músculos de las orejas giran casi 300 grados de forma independiente una de la otra. Así, estos pequeños cazadores pueden localizar a su presa con precisión.
Al igual que el gato se ocupa del cuidado de su pelaje, tampoco se olvida de sus ojos y oídos. La lengua, las zarpas y las patas delanteras y traseras del gato son recursos excelentes para su limpieza. Sin embargo, en ocasiones debes encargarte de limpiar sus ojos y oídos, por ejemplo, cuando está enfermo y tiene los ojos pegajosos o cuando tiene parásitos, cera o suciedad en los oídos.
Es fundamental que seas prudente y evites productos de limpieza agresivos y bastoncillos de algodón. Hasta los remedios caseros, como la camomila, pueden dejar pequeñas partículas o residuos que irritan los ojos y los oídos y que podrían causar una inflamación.
Cómo limpiar los ojos de un gato
Lo ideal es que solo utilices un paño sin pelusas, por ejemplo, de algodón. Puedes humedecerlo con un poco de agua previamente hervida y pasarlo de forma suave sobre sus ojos. Es evidente que no tienes que limpiar el ojo, sino solo el pelaje de alrededor y, si es necesario, los párpados. Emplea cada vez un paño limpio con el fin de evitar ensuciar o infectar el ojo de nuevo. El mismo modo de proceder también es adecuado si el veterinario ha recetado una solución para los ojos.
Cómo limpiar las orejas de un gato
En lo que respecta a los oídos, por lo general, si los gatos están sanos no requieren una limpieza. Sin embargo, cuando existen parásitos o exceso de cerumen se puede necesitar apoyo humano.
Sé muy cuidadoso, ya que los bastoncillos para los oídos y otros productos agresivos de limpieza pueden herir el interior del oído y empujar la suciedad y las bacterias hasta el oído interno. La cera que se acumula puede formar un tapón en el tímpano y ocasionar una inflamación o afectar a la capacidad auditiva.
Un método menos agresivo es emplear un paño de algodón sin pelusas ligeramente humedecido y limpiar despacio el pabellón auditivo, de fuera hacia dentro. Aquí puede resultar útil sujetar de forma delicada la oreja con la otra mano. Repite con cuidado lo anterior con un paño limpio para evitar causarle dolor o provocarle lesiones. No introduzcas ningún cuerpo extraño ni ningún pañuelo doblado dentro del oído, ya que una limpieza invasiva solo la puede realizar el veterinario.
En la actualidad existen en el mercado numerosos productos para la higiene de las mascotas. A menudo, sus componentes químicos suelen tener un olor fuerte e incluso pueden ocasionar reacciones alérgicas a algunas mascotas.
Por ello, si es posible, deberías limitar el uso de productos, por ejemplo, a una toalla limpia y agua tibia. Si los ojos y los oídos de tu minino precisan una limpieza a conciencia, tu veterinario te puede recomendar los productos adecuados y, en su caso, echarte una mano.
¡No olvides que los ojos y los oídos de los bigotudos son muy sensibles y delicados!
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