ANTES ERA EL VETERINARIO. HOY, SOY PARTE DE LA FAMILIA.
- Pancho Cavero
- hace 6 días
- 1 Min. de lectura

Cuando comencé, los perros dormían afuera.
Los gatos iban y venían como fantasmas.
Y nadie hablaba de ansiedad, ni de duelo, ni de terapia emocional para un animal.
Se traía al perro al vet cuando estaba mal.
Y punto.
Pero el mundo cambió.
Y yo también.
Vi cómo esos “animales de compañía” se convirtieron en hijos.
Vi cómo llorabas por ellos como si perdieras a un hermano.
Vi cómo festejabas cumpleaños, Navidad, hasta le ponías moño al collar.
Y entendí que no estaba curando animales.
Estaba acompañando corazones.
Hoy sé que lo que hacemos no es solo medicina.
Es contención.
Es empatía.
Es tener las palabras justas cuando las emociones te desbordan.
Ya no me dicen “doctor” como antes.
Ahora me dicen:
—“Gracias por cuidar a mi hija”
—“No sé cómo despedirme de él”
—“No quiero que sufra”
Y en ese momento,
sé que estoy donde tengo que estar.
Porque los animales ya no son un accesorio.
Son familia.
Y quienes los cuidamos,
también aprendimos a sanar desde adentro
Amo mi profesión
Comentarios